En ocasión del bicentenario del nacimiento del artista francés, Pierre Toussaint Frederic Mialhe, natural de Burdeos, el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana (edificio de Arte Cubano), inauguró una muestra de iconografías pertenecientes a este artífice que arribó a Cuba a los 28 años de edad.
Frederic Mialhe está considerado entre los máximos exponentes de la creación gráfica del siglo XIX en la isla, a la cual arribó para cumplir contrato en la imprenta litográfica de la llamada Sociedad Patriótica. Su obra se destacó por el detalle preciso del paisaje urbano y periférico-rural de La Habana Colonial.
Sus grabados minuciosamente elaborados mediante un ejercicio plástico casi fotográfico, posee incalculable valor documental; el cual está estrechamente relacionado con la literatura costumbrista de la época, entre ellas la célebre novela de Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés.
Algunos historiadores aseguran que el Álbum Pintoresco Isla de Cuba (1848), consistente en 30 litografías editadas en el taller de Louis Marquier, causó gran impacto en la Europa de aquellos tiempos en que eran altamente valorados los grabados de otros artistas de ese continente, como los franceses Hipólito Garnerey y Eduardo Laplante, el inglés James Gay Sawskins y el español Víctor Patricio Landaluze.
Poco antes de su llegada a Cuba, Mialhe realizó una admirable serie de paisajes pintorescos de los Pirineos.
Pedro-Federico Mialhe Toussaint, pintor y grabador litógrafo, nació en Bordeaux (Francia) el 14 de abril de 1810. Fue amigo de Leclerc y lo sucedió en el cargo de Director de San Alejandro, que ocupó durante siete años.
Su obra de mayor importancia en Cuba fue su trabajo como ilustrador del libro La isla de Cuba pintoresca (La Habana, 1838). Vale señalar que Miahle, junto con Hipólito Garneray y Eduardo Laplante son los tres grabadores franceses más importantes que trabajaron en Cuba en el siglo XIX.
Pocos como Mialhe pasearon su vista de dibujante acucioso a lo largo de la Isla de Cuba. Entre sus temáticas preferidas estuvo el paisaje que refleja la floresta cubana, lo que le propició una buena amistad con el científico cubano Felipe Poey. Antes de ocupar la Dirección de la escuela había sido profesor del Liceo Artístico Literario de La Habana.
Entre sus litografías más famosas figuran Puerta de Monserrate, El Panadero, El Malojero, El Calesero, La Habana (vista tomada desde Casa Blanca), Vivienda de pescadores de esponjas, Corrida de toros.
Su amplia producción litográfica es de fundamental importancia en la gráfica colonial y por ello algunos estudiosos lo consideran como otro «descubridor» de Cuba, en su caso por la abundancia de valiosas imágenes típicas que dejó plasmadas.
Mialhe regresó a Francia en 1857 y allí continuó su labor artística hasta su muerte en 1868.
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