Por Jorge Rivas Rodríguez
Una muestra personal del destacado artista de la plástica Aisar Jalil Martínez será inaugurada este sábado 3 de julio en la Galería de la Sala Principal del Centro provincial de Artes Plásticas de Holguín, en el oriente de la Isla.
La exposición, concebida bajo el título …Y hasta parece que sueñan, está compuesta por 33 lienzos, y recoge la intención del artífice de mostrar una realidad caótica, pero cargada de poesía e imágenes sugerentes en constante tensión conflictiva.
Aisar explora las huellas de la historia, de la cultura y de la sociedad contemporánea para recrear sus pictografías, las cuales se nutren tanto de su experiencia personal como de los sentimientos y emociones de las gentes que conviven a su alrededor. Su intención va más allá de la forma y el espacio que a ellas adjudica en cada uno de sus cuadros. Más bien lo que pretende es trascenderlas, es decir, impregnarlas de los principios elementales de la flexibilidad y la mutabilidad que se relacionan con el mundo de la naturaleza humana.
Por eso, en sus pinturas el artista insta a poner en funcionamiento la inteligencia individual, a hallar asociaciones mediante el uso de los símbolos de las figuraciones y de los colores, para finalmente penetrar en las dimensiones de una “locura creativa” que provoca, transgrede y compromete al espectador en el reconocimiento de la realidad caótica en la que conviven estos personajes surrealistas.
…Y hasta parece que sueñan es prolongación de las series de trabajos que durante los últimos años ha realizado este creador sobre el tiempo y la memoria insular.
Aún se recuerdan sus antológicas obras reunidas en las muestras Flora y Fauna, Historia de un caballo y El guardador de rebaños, en las que sus punzantes tesis sobre la metamorfosis humana, tienen mucho que ver con la pérdida de valores, con la “animalización” de los individuos que no han podido adaptarse a las nefastas y reales circunstancias que la espasmódica situación internacional impone. De ahí que toda su realización iconográfica está asumida desde los postulados del afamado naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) en torno a la evolución del hombre dentro de la titánica “lucha por la existencia”.
En tal sentido, Aisar adjudica a sus creaciones una suerte de semántica en la que establece códigos muy bien definidos, entre ellos el de las figuras aladas, “como símbolo de expansión, liberación y ansias de encontrar su propio camino, de acentuar su verdadero yo. Pretendo que mis personajes exterioricen sus anhelos y pasiones en la necesidad de desplegar alas. En una misma escena van juntos diversos seres —en numerosas ocasiones zoomorfos—, pero siempre con fuertes y expresivas peculiaridades identitarias. Mis figuras siempre se agitan con capacidad de transformación, como seres mutantes que están en perenne evolución”, tal ha dicho.
Sus obras, en tanto sostienen una llamativa y recurrente carga poética (la calma), sugieren esa tensión conflictiva (tempestad), que el creador logra mediante la dinámica de la composición. El artífice circunnavega órbitas que pueden alcanzar los límites del universo. Ese espacio “sideral” interno, surge en lo más profundo de la conciencia individual de este obsesionado pintor, quien concentra sus juicios sobre nuestra existencia terrenal también mediante el uso de alegorías, claves y signos crípticos que conforma un enigmático mapa “astral” en cada una de sus proyecciones plásticas, cuyo diálogo con el espectador no comienza ni acaba en cada cuadro, sino que se entrelaza con solidez para representar lo variable e infinito del discurso polémico.
Graduado de Master of Fine Arts de la prestigiosa Academia Repin de Leningrado en 1983, la poética de Aisar lo ha distinguido y ha sido bien acogida en más de 20 exposiciones personales en Cuba y otros países. Parte de su obra integra importantes colecciones del mundo.
Como afirma el crítico Nelson Herrera Ysla en las palabras al catálogo de esta exposición:”… la obra Aisar Jalil es esencialmente cubana en su representación simbólica, en su apropiación del legado artístico histórico, en su forma y contenido, y más si atendemos cuidadosamente el delicado humor que sustenta la copiosa y exuberante armazón de sus ideas en el espacio pictórico que el lienzo o el papel le ofrece”.
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