Por Jorge Rivas Rodríguez
Miles de personas acuden diariamente a la muestra de obras de Frida Kahlo que continúa su recorrido por diferentes museos de Europa con 150 pinturas, dibujos y otros objetos procedentes de diferentes instituciones culturales de varios países.
La extraordinaria exposición itinerante, concebida como parte de las conmemoraciones por la Independencia de México, ya exhibida en Viena y Berlín, donde cientos de personas hicieron fila por más de siete horas –algunas de ellas durmieron frente a los museos que la acogieron- para disfrutar de la amplia selección iconográfica de una de las artistas más emblemáticas del arte latinoamericano en el siglo XX.
«Roza la maravilla reunir tantas obras esenciales de Frida Kahlo», expresó a la prensa internacional el ministro alemán de Cultura, criterio que fue semejante al de más de 200 mil personas que en el Museo Martin-Gropius-Bau, de la capital germánica, recorrieron esta muestra cuyo próximo paradero se producirá durante el mes de septiembre en Bruselas.
Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón, simplemente Frida Kahlo nació en Coyoacán, México, el 6 de julio de 1907, y falleció en esa misma ciudad el 13 de julio de 1954. Su vida, llevada al cine en dos ocasiones (Frida, naturaleza viva, Paul Leduc, 1984, y Frida,
Julie Taymor, 2002), estuvo signada, desde los seis años de edad y hasta su muerte, por un cruel sufrimiento físico, que comenzó con una poliomielitis en 1913 tras la cual vinieron numerosas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones. Sin embargo, su obra plástica, caracterizada por un estilo muy personal, la ubicó entre los máximos exponentes del arte mexicano e Iberoamericano de la primera mitad del siglo XX.
En el año 1922 Frida matriculó en la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, la más prestigiosa institución educativa de México, la cual empezaba por primera vez a admitir chicas como alumnas, donde conoció personalmente al prestigioso muralista Diego Rivera, mientras este pintaba un mural en el teatro de esa institución. Años después el gran maestro y la joven estudiante contrajeron matrimonio.
En el mes de septiembre de 1925, poco después de haber aprendido la técnica del grabado con Fernando Fernández Domínguez, la insigne artista fue víctima de un accidente de tranvía, el cual le provocó graves lecciones en casi todo el cuerpo que precisaron de más de treinta operaciones durante toda su vida, además de tortuosos tratamientos ortopédicos.
Tal acontecimiento, aunque penoso, doloroso y triste, la llevo a una postración casi total que le ocasionaba desesperación y aburrimiento, ante lo cual, en 1926, para beneficio de su estado de ánimo y gran suerte de la espiritualidad humana, comenzó a pintar. Su primer autorretrato lo realizó ese mismo año, obra que se integró a una extraordinaria y larga serie a través de la cual recreó buena parte de las emociones y sentimientos que marcaron diferentes momentos de su trágica vida. Estas obras, generalmente la realizaba tendida en su cama o en el baño.
Enérgica y amante de la vida, Frida Kahlo luchó denodadamente por su recuperación, empeño que le permitió volver a caminar, aunque con evidente dificultad.
Tras su incorporación a la vida social mexicana estableció amistad con importantes figuras de la intelectualidad y del mundo artístico, entre ellos la conocida fotógrafa y artista Tina Modotti y Diego Rivera, así como el poeta y ensayista del surrealismo André Bretón.
Una de sus obras más conocidas es la titulada Las dos Fridas, a cual realizó en 1939 motivada por una aguda crisis en su matrimonio con Diego Rivera. En esta pieza, de conmovedor dramatismo existencial, la gran pintora recrea su visión muy personal sobre la Frida existente antes de su compromiso matrimonial, representada en traje de tehuana, y la otra permeada de la influencia europea, tal era ella antes de vincularse emocionalmente con el afamado muralista. Simbólicamente, los corazones de las dos figuras femeninas están conectados mediante una vena que alude a la pérdida de sus ligaduras sanguíneas con sus ancestros del viejo continente (su padre fue un conocido fotógrafo de origen germano-húngaro).
Ese mismo año, durante su estancia en París, donde expuso en la a galería Renón et Collea, conoció al pintor español Pablo Picasso, con quien estableció una estrecha relación amistosa, ya en 1943, cuando de regreso a México impartía clases en la escuela La Esmeralda, Frida Kahlo era una artista de reconocido prestigio internacional, cuya producción plástica se caracteriza por una síntesis de elementos expresionistas y surrealistas, con una temática popular y autobiográfica.
El mundo entero conmemoró, en 2007, el centenario del nacimiento de esta artista, en cuyo recordación el Palacio de Bellas Artes de México organizó una exposición titulada Frida Kahlo 1907-2007. Homenaje Nacional, en la que se exhibieron 354 piezas entre óleos, dibujos, acuarelas, grabados, cartas y fotografías, la mayor muestra jamás exhibida sobre la artista.
Para que se tenga una idea del valor que actualmente poseen las creaciones plásticas de la enigmática pintora mexicana, vale recordar que no hace mucho tiempo fue subastada en Nueva York un minúsculo cuadro de esta artífice, el cual fue vendido en más de 150 mil dólares. Se trata de una figura precolombina -que no había estado en el mercado del arte desde hace 72 años-, que la artista realizó en 1938 bajo el título Survivor, en momentos en que estaba en proceso de divorcio de Diego Rivera, tras enterarse que éste sostenía un romance con su hermana.
Frida Kahlo tiene otros récord de venta de obras, como el alcanzado durante una subasta realizada en mayo de 2006, cuando una pieza suya fue vendida en cinco millones 600 mil dólares.
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