EL COLECCIONISMO INSTITUCIONAL EN CUBA PRECISA CREAR UN MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO

14 09 2010

Rubén del Valle Lantarón

Rubén del Valle Lantarón

Raúl Martínez: Yo, ustedes, nosotros, de la colección del CNAP
Raúl Martínez: Yo, ustedes, nosotros, de la colección del CNAP

Por Jorge Rivas Rodríguez

“El coleccionismo no se limita a la adquisición espontánea de obras para la formación de nuevas colecciones. Se trata en primer lugar de una acción que busca contribuir a la legitimación de determinados valores, a la jerarquización imprescindible en este circuito de las artes plásticas contemporáneas”.

Tal afirmación fue hecha por Rubén del Valle Lantarón,  presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP), en una entrevista con motivo de la exposición que desde  el pasado 13 de agosto se exhibe en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), de La Habana Vieja, con más de cien trabajos de 85 reconocidos creadores cubanos de la plástica.

Durante nuestro encuentro con el directivo cubano, conversamos sobre un tema poco debatido en la Isla, en torno al cual  subrayó: La riqueza y diversidad de la creación contemporánea en la Isla, nos enfrenta una vez más a la necesidad de crear un Museo de Arte Contemporáneo, aseguró  Rubén del Valle Lantarón,

 Esta muestra,  perteneciente a la colección del CNAP,  fue concebida con el fin de promover las artes visuales en la Isla y estimular  su preservación.

¿De qué forma el resto de las instituciones culturales de la Isla participan en el coleccionismo artístico?

“Tan urgente como identificar las obras y los artistas con quienes resulta imprescindible trabajar, es la obligación de conservar, proteger y promocionar tanta obra artística que han adquirido muchas instituciones a lo largo de estos años de Revolución. Te puedo contar un sinnúmero de anécdotas de obras valiosísimas ubicadas en instituciones del Estado –tanto pertenecientes al Ministerio de Cultura como a otras entidades– donde no hay una conciencia de su valor y no se les resguardan ni se custodian como merecen”. 

¿Pueden realmente las demás entidades pertenecientes a otros sectores de la economía y los servicios asumir el coleccionismo institucional en medio de una crisis económica internacional que también las afecta y deprime los recursos monetarios en todos los órdenes de la sociedad cubana?

“Es indiscutible que la crisis económica internacional, y por supuesto también la interna, afectan la capacidad financiera necesaria tanto para adquirir obras de arte como para conservarlas y preservarlas. Sin embargo, considero que incluso en las condiciones actuales existen oportunidades para que un conjunto de instituciones puedan hacer inversiones de este tipo. Pienso, por ejemplo, en las decoraciones que se  hacen en algunas instalaciones   sociales y turísticas, así como  en las de otros sectores emergentes de la economía, donde se dedican cuantiosas cifras a las llamadas ambientaciones; en este caso la cuestión estaría en qué tipo de obras se adquiere para estos fines.

“Lamentablemente, salvo escasas excepciones, no se percibe una voluntad y un compromiso con adquirir obras de arte de calidad. La pregunta que deberíamos hacernos sería de todo ese financiamiento invertido cuánto se ha hecho con un criterio especializado de compromiso con el futuro del patrimonio nacional y cuánto por caprichos, criterios banales o gustos unipersonales de determinados inversionistas o empresarios.

“Un ejemplo positivo en ese mismo sector puede apreciarse en los centros turísticos de Topes de Collantes. Pienso en el proyecto de ambientación realizado allí por el Fondo Cubano de Bienes Culturales que involucró a una cantidad significativa de los artistas más relevantes que producían en ese momento. Años después, y por iniciativa del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, un número de estas obras permitió crear un pequeño Museo de Arte Contemporáneo donde se exhiben piezas medulares, que ni el propio Museo Nacional posee (*).

“En la actualidad, otras instituciones del Ministerio de Cultura también trabajan en fomentar sus colecciones.  Pero son acciones premeditadas que se rigen por las normativas legales de los organismos competentes (Decreto No. 5 del 2 de septiembre de 1977 del Consejo de Ministros y sus resoluciones complementarias) donde se establecen diversas regulaciones en este sentido”.

¿Cómo se protege el coleccionismo institucional, tanto de las adversas condiciones climatológicas que prevalecen en la Isla como de los hechos vandálicos de los cuales no estamos exentos?

“En primer lugar, adquiriendo conciencia como nación de la importancia y del valor que tienen las creaciones artísticas como patrimonio esencial de nuestra identidad, como legado ingénito, cardinal e imperativo para las nuevas generaciones. La historia de la humanidad puede ser contada desde muy diversas perspectivas, y aquella que relata y describe el arte, la que narra la extraordinaria creación artística que ha acumulado en su devenir la humanidad, es quizás la más cabal, profunda y completa de todas.

“En el caso de las instituciones del Ministerio de Cultura se ha gestado y fomentado una gran preocupación por la preservación del patrimonio que atesoran cada una de ellas, aunque todavía queda mucho por hacer en ese sentido, no sólo por las conocidas limitaciones de carácter financiero y de recursos materiales, sino también por problemas subjetivos, desinterés, abandono, desidia. Una de nuestras prioridades es la preservación de las colecciones ante la amenaza de eventos de carácter climatológico, para lo cual existe un definido programa de acción.

“Sin embargo, la responsabilidad con el patrimonio artístico de nuestro país trasciende al Ministerio de Cultura y sus instituciones. Se trata de un compromiso que han de asumir también todos los organismos estatales del país, las entidades de toda índole, y esencialmente el individuo común, los hombres y mujeres de este pueblo, destinatarios y herederos por excelencia del caudal artístico que atesoramos. Nos corresponde a nosotros, como órgano rector de políticas, insistir en el cumplimiento de la legislación, fomentar una conciencia más profunda, y especialmente actuar de manera sistemática y coordinada para garantizar un trabajo ininterrumpido y eficaz en este sentido.

“En los últimos años se han fortalecido las acciones de las instituciones del Ministerio de Cultura, el Ministerio del Interior y la Aduana General de la República para enfrentar los delitos contra el patrimonio artístico”.

Con anterioridad, una parte de esta colección fue expuesta en la reapertura de la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, en tanto otras se mantienen en la muestra permanente de obras pertenecientes a los Premios Nacionales, que desde hace dos años se exhibe en el lobby de la sede del CNAP. ¿Qué perspectivas tienen de presentarla  en otras salas del país?

“Aunque la sede natural de esta Colección ha de ser el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y sus instituciones, donde formarán parte de exhibiciones puntuales y ambientarán las labores en sus espacios públicos, nuestro reto más significativo es garantizar la socialización y promoción de estos fondos.

“La voluntad es moverla por el mayor número de sedes posibles, siempre que se garanticen las condiciones de transportación y exhibición que propicien la preservación de las obras. Asimismo, esas piezas están a disposición de los artistas y especialistas para cualquier proyecto expositivo que organicen.

“La solución de un problema genera nuevas retos y demandas, esa es la riqueza de la vida. Continuar adquiriendo obras obliga a plantearnos el destino de estos acervos, no sólo en términos de conservación y preservación, sino en la búsqueda de un adecuado espacio expositivo permanente. Nuestro propio trabajo, y la riqueza y diversidad de la creación contemporánea, nos enfrenta una vez más a la necesidad de crear un Museo de Arte Contemporáneo en el país”.

¿Qué gestiones realiza el CNAP con el fin de incentivar el coleccionismo privado?

 “En los últimos años, ha habido una voluntad política de fomentar la adquisición por parte de la población –a precios asequibles –, de obras de artistas cubanos en técnicas de reproducción de originales múltiples –grabados, serigrafías–, y otras en offset y lienzografías. Ejemplo de ello es lo que sucede cada verano en la Feria Arte en la Rampa, para la cual organizamos ediciones especiales, presentaciones y encuentros con los artistas, entre otros programas, por ser algunas de las acciones más demandadas por el público”.

¿Son suficientes estas fórmulas para hacer asequibles, a buena parte de los cubanos interesados en el arte, trabajos pertenecientes a reconocidos creadores de la plástica nacional?

“El proyecto Arte en Casa, de ARTEX, trabaja sobre varios soportes la aplicación de imágenes de obras de artistas trascendentales tanto cubanos como internacionales, incluso muchas de ellas pertenecientes a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.

“Todo ello ha contribuido a acercar el arte cubano e internacional a un público cada vez mayor y ha servido de alternativa a otros productos seudo-artísticos que colman la red de establecimientos comerciales. Asimismo ha ampliado los referentes culturales, artísticos y visuales de un creciente sector de la población cubana.

“Pero estos esfuerzos son insuficientes para la creciente demanda y la aspiración de socializar, cada día más, lo mejor de la creación artística.

“Ahora bien, la posibilidad de adquirir originales de nuestros artistas (pinturas, esculturas, dibujos) es una aspiración más compleja. El arte cubano se inserta, como es lógico, en el sistema de precios del mercado internacional. Ello condiciona que el importe de las obras esté muy alejado de la capacidad adquisitiva promedio de los cubanos.  No obstante, en un futuro, debemos empeñarnos en buscar mecanismos crediticios y otras iniciativas que han de articularse en el trabajo conjunto de varias entidades del país. Estas circunstancias que hasta ahora obstaculizan el coleccionismo privado, nos conllevan a priorizar, por el momento, el institucional.”

¿Desde cuándo  y de qué forma comenzó a fomentarse el patrimonio artístico del CNAP?

“Un grupo de obras, bastante exiguo, formaba parte de los fondos históricos del Consejo. Otras pertenecían a instituciones que lamentablemente no contaban con los recursos para su conservación y restauración. Pero el volumen mayor de nuestras adquisiciones data de los últimos dos años, cuando el Ministerio de Cultura destinó un presupuesto que nos ha permitido obtener una cantidad de obras significativas a precios simbólicos que nada tienen que ver con los del mercado.

“En un primer momento nos propusimos completar una representación de los Premios Nacionales de Artes Plásticas, que no podían apreciarse de conjunto en ninguna otra institución del país. Luego, hemos engrosado los fondos con piezas de un grupo de artistas contemporáneos, la mayoría de ellas relevantes dentro de la producción de sus creadores, muchas pertenecientes a sus propias colecciones personales.

“Esto demuestra que entre los artistas existe una vocación de compromiso con el patrimonio nacional, lo que ha hecho más viable y expedito emprender este proyecto.

“Debo apuntar en este sentido que esta fue una demanda permanente, que se trató con fuerza durante el pasado VII Congreso de la UNEAC, del 2008.

“Sobre la adquisición de las obras, quisiera acotar que para nosotros resulta estratégico el acto de la compra, y el consiguiente contrato que firmamos con cada creador. Todo ello consolida la responsabilidad del  CNAP con el patrimonio que obtiene, la cual opera en dos sentidos: el de la rigurosa selección y el de la preservación, conservación y socialización”.

¿El CNAP controla y tiene registrado el resto de las obras realizadas por prestigiosas figuras del arte cubano existentes en otras instituciones?

“Existe un control total de las que son consideradas patrimoniales por el Registro de Bienes Culturales perteneciente al Consejo Nacional de Patrimonio, lo cual está previsto en la Ley No. 1, del 4 de agosto de 1977, Ley de Protección del Patrimonio Cultural y su legislación complementaria. Las comprendidas bajo esta legislación están debidamente inventariadas y se controlan por dicha institución de manera sistemática. Sin embargo, esta resolución atañe sólo a lo patrimonial, y se debe tener en cuenta que este es un proceso dinámico, pues mucho de lo que hoy no figura bajo el aval de lo patrimonial, mañana probablemente pueda adquirir esa condición. Por ello, a partir de una reciente resolución del Ministro de Cultura se trabaja en “controlar, proteger y conservar”  todas las obras que se atesoran en las instituciones públicas del país.

“Dicha resolución, la 106 del 12 de noviembre del 2007, del Ministro de Cultura, contiene como anexo único el reglamento sobre el Coleccionismo institucional de las artes plásticas y aplicadas. Entre sus objetivos y alcance se destaca estimular el coleccionismo y disponer la forma en que éste debe establecerse.

“El incremento, conservación y socialización del patrimonio nacional ha sido una prioridad en nuestro país durante los años de Revolución. Recordemos el proceso que conformó la colección del Museo Nacional de Bellas Artes a partir de la reunión de diversos fondos de procedencia privada. Asimismo, las magníficas colecciones de la red de museos del país, la de Casa de las Américas, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas, el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, el Museo-Biblioteca Servando Cabrera Moreno, por solo citar algunas. En esta labor merece mención especial el trabajo desplegado por la Oficina del Historiador de la Ciudad y sus entidades”.

“Asimismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Consejo de Estado, el Comité Central del Partido, entre otras muchas entidades estatales, atesoran acervos significativos y han mantenido una constante preocupación por su preservación. El Consejo de la Plástica simplemente está llamando la atención para actualizar este tema en nuestro contexto”.

¿Existe la posibilidad de reunir, puntualmente, todas esas piezas y organizar una gran muestra como esta que hoy ocupa los salones del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales?

“Esa propuesta que me haces de reunir una parte de las colecciones públicas de nuestro país resulta un gran sueño, y espero que nuestro trabajo contribuya a sensibilizar esa vocación en otros organismos. Quizás así tengamos la oportunidad de mostrarnos a nosotros mismos, y al mundo, el valor que históricamente le hemos conferido al atesoramiento y conservación del patrimonio artístico.

“Uno de los retos mayores de la política cultural del país de cara al futuro es la preservación en la Isla de una parte importante del patrimonio creativo de las artes visuales producido en los más recientes años de Revolución. Pocos países han hecho tanto por el arte como el nuestro, fundamentalmente con la creación de un sistema de enseñanza artística, de instituciones y eventos que apoyan y acompañan al movimiento artístico cubano.

“En el Museo Nacional de Bellas Artes podemos apreciar muchas de las más importantes obras que cuentan la historia del arte cubano desde la Colonia hasta los años 80. Nos corresponde entonces a las entidades del país, y especialmente a las del Ministerio de Cultura, la responsabilidad de completar esa visión hasta la actualidad y de ahí hacia el futuro.”

(*) El Museo de Arte Cubano de Topes de Collantes fue creado en el 2002 con la finalidad de conservar la variada colección de pinturas de artistas de la vanguardia cubana de los años ochenta diseminadas por las instalaciones del Complejo Gaviota Topes y para proteger el valor patrimonial de una casona de los años cuarenta de estilo Art Decó ubicada en esa pintoresca zona del Escambray, en el centro de la Isla.


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