Por: Marietta Fernández Martínez (1)
El primer año de vida es un período fundamental, durante el cual se concentran de manera rápida el desarrollo, surgimiento y adquisición de numerosos comportamientos, como en ninguna otra etapa de la vida del individuo.
Corresponde a los profesionales de la cultura física ser receptivos, atentos y creativos; cualidades éstas que a su vez tenemos que trasmitirle al pequeño con nuestro accionar.
Así como el bebé crece rápidamente incrementa su peso, fenómeno que igualmente ocurre en otros aspectos relacionados con su desarrollo integral: motor, afectivo, comunicacional. Por esta razón y dada la rapidez de esos cambios, las personas que acompañan su desarrollo (madre, padre o cuidador) también deberán estar atentas y ser receptivas a las necesidades del bebé, tales como los nuevos gestos, las vocalizaciones, los movimientos y las posturas, los cuales deben incentivar al adulto a ir adecuando y cambiando su forma de relacionarse, de comunicarse y de jugar con el pequeño.
De ahí, la importancia de una gimnasia identificada con el medio ambiente del bebé, en el que los padres son los responsables de su desarrollo ─suscitando los elementos socioculturales y sus interrelación en bien de un sano desarrollo físico, mental y social ─, solidarizándose con esta actividad.
La psicomotricidad tiene que ver con las implicaciones psicológicas del movimiento dado por la actividad corporal, en la relación entre el organismo y el medio en que se desenvuelve el niño. El mundo de la psicomotricidad es, pues, el de las relación que se establece entre la mente <psiquis> y el movimiento, y el movimiento y la mente ─psiquismo-movimiento y movimiento-psiquismo─. En el proceso fisiológico de la psicomotricidad hay otros componentes relacionados con el calendario madurativo cerebral al que anteriormente nos referirnos y otros mecanismos vinculados con los movimientos y las acciones que posibilitan que el niño entre en contacto con las personas y los objetos con los que se relaciona de manera constructiva o no. La psicomotricidad es a la vez fuente de expresión de los conocimientos que ya se tienen, medio de generar vivencias y emociones a través de la relación y expresión. La psicomotricidad es un vínculo entre psiquismo y movimiento hasta confundirlos entre sí en una relación de implicaciones y expresiones mutuas.
La meta del desarrollo psicomotor del niño, es el control de su propio cuerpo, hasta ser capaz de sacar de él todas sus posibilidades de acción y expresión que le sean posibles. Ese desarrollo implica un componente externo o praxis (la acción), pero también un componente interno o simbólico (la representación del cuerpo y sus posibilidades de acción).
El desarrollo psíquico también se inicia en la primera etapa de la vida como una construcción progresiva que se produce por interacción entre el individuo y su medio ambiente; por ello, el momento más apropiado que los padres tienen para conocer a su bebé y comenzar a estimular su desarrollo, es en esta edad en que empieza su contacto con el medio.
La relación madre-bebé, medio-bebé, como aquella relación original y específica, única e irrepetible entre el individuo y su entorno, conllevan compromisos en respuesta a la situación del desarrollo determinado en la etapa. Son los momentos de cada uno, aquello que subjetivamente condiciona su interactividad; en tales circunstancias tiene lugar el desarrollo biológico y la formaciones psicológicas (como procesos internos), y el sistema de actividad y la comunicación generada por este (procesos externos), que dan lugar a las nuevas formaciones distintivas de una edad determinada, y que incluye una situación social del desarrollo.
En el caso específico de la madre y el bebé, aunque se busquen resultados distintivos de desarrollo estimulado por esa interactividad, también intervienen otros factores externos, tales como las influencias individuales y sociales, que actúan como complementos finales en esa relación.
De ahí que, para dar respuesta a una determinada situación social del desarrollo del bebé, se demanda de la familia conocimiento y cultura, en concordancia con el mejor legado del pensamiento humano, como base de la futura formación de la personalidad del individuo. La observancia y utilización de las estrategias de prevención de salud y la educación familiar en concordancia con las reales y objetivas características de los tiempos contemporáneos, así como la adecuación del medio natural al proceso de transformación biológica que se produce en el infante y la eliminación de obstáculos subjetivos, constituyen desempeños de suma importancia en el desarrollo de las nuevas generaciones, de las que el niño de hoy forma parte.
El amor y el control son premisas esenciales en la crianza del bebé del bebé. En este proyecto de vida, no debe de obviarse la importancia del juego, como fundamento y condición importante, no sólo para su desarrollo físico, sino también para su avance intelectual y socio afectivo. Adquiere importancia vital para un desarrollo sano, observar la característica del bebé, en lo antropológico, tanto filosófico, físico, como psicológico y sociocultural.
La Gimnasia para el Bebé básicamente persigue metas anheladas por el Sistema de Cultura Física y el Sistema Nacional de Salud, y junto con ellos, por la ciencia pediátrica y la cultura física comunitaria, instituciones cuyo fin esencial es favorecer el desarrollo psicomotor del lactante, hacer más profunda la relación social entre padres e hijos, y preparar en sus respectivas áreas a todos cuantos tienen que ver directamente con la evolución del bebé, incluso antes de su nacimiento.
La gimnasia, además de brindar a la familia los indicadores de desarrollo que caracterizan cada periodo del lactante, le permitirá a esta valorar lo que ha logrado el niño en cada etapa. Asimismo ofrece a los padres orientación para la educación y cuidado de su bebé, en tanto proporciona un mejor vínculo biológico, psicológico y espiritual de la madre con su hijo y eleva el nivel cultural de la familia desde el protagónico en la Gimnasia para la Gestante, Parto y Recuperación.
La estimulación temprana, hace referencia a todas esas actividades de contacto o juego con el bebé que propicie, fortalezca y desarrolle adecuada y oportunamente sus potenciales humanos. Ayudando a desarrollar sus sentidos y fortalecimiento del aparato de sostén y locomotor.
El término psicomotor (5), incluye la acción dirigida al desarrollo y control de las capacidades motrices y psicológicas del bebé, desde las capacidades de, comunicación, comprensión, ejecución motriz y comportamiento; unidos, para conseguir el desarrollo motriz, cognitivo, social y del lenguaje. Capacidades que el bebé sano adquiere de forma armónica, global y progresiva. De ahí la importancia de la gimnasia para el bebé, ejercicios, juegos y masajes, como oportunidad en la motivación sensomotora del lactante desde el marco biopsico-social en lo particular y fundamental; partiendo de los términos establecidos y la etapa de la actividad.
La gimnasia dirigida a la estimulación del desarrollo Psicomotor del bebé sano, comprende la estimulación motriz fusionando y en correspondiendo con el área cognoscitiva…el área del lenguaje…y el desarrollo del área social del bebé. En una compleja interrelación favorecida por el propio carácter sistemático, individual y grupal de la actividad.
Comprender que la edad temprana de la vida humana es una etapa decisiva para promover la salud, facilitada primordialmente a través de los cambios fisiológicos que se suceden en ese período, y que contribuirá a mejorar la disposición al ejercicio, y generar un estilo de vida físicamente activo en las etapas posteriores. Esto se logra, con “El amor y el control bio-evolutivo: premisas fundamentales en la crianza del bebé”
Dar respuesta a las necesidades básicas e imprescindibles para su desarrollo psíquico y motor respondiendo a las determinadas etapas por las que va atravesando, que al no ser atendidas estas, adecuadamente en su momento, se verán forzadas o se propiciaría una posición impuesta en la continuidad de su desarrollo.
La atención y el cuidado del bebé dependerá mucho de que los padres conozcan las necesidades del bebé, para poder influir en su formación. Lo que puede ser logrado con ejercicios, amor, y tiempo; un ambiente rico en cariño y en estímulos, aprovechando su curiosidad. Adquiere importancia vital para un desarrollo sano, observar la característica del bebé, en lo antropológico, tanto filosófico, físico, como psicológico y sociocultural.
De todo lo anterior se desprende que la colaboración activa de los padres:
a) No lo prives de un desarrollo dentro de su grupo de edad ¡Llévalo a la Gimnasia!
b) Cuando su hijo emite sonidos, respóndale repitiendo lo que dice y añadiendo más palabras. Esto lo ayudará a aprender a usar el lenguaje. Háblele suave y claro que su voz trasmita amor y seguridad
c) Léale aunque le vea pequeñito. Esto lo ayudará a adquirir y a entender los sonidos y el lenguaje.
d) Cántele, póngale música apropiada a su edad. Esto ayudará a desarrollar sensibilidad.
e) Elógiale, abrázale, cárgalo y juega con él con frecuencia.
f) Muéstrele mucho afecto y amor. Esto hace que el bebé se sienta seguro.
g) El mejor momento para jugar con su bebé es cuando esté alerta y relajado; aprovecha ese momento.
h) Respetar su horario de sueño, le permite estar dispuesto para los momentos de sus actividades: juego, alimento, baño, paseo.
i) Somos humanos nos cansamos, preocupamos, pero, ¡No permita que esos momentos negativos se interpongan entre su bebé y usted!, de eso también depende su salud.
j) Amplié su ambiente familiar. Relacione al bebé con su familia, su familia no es solo mamá, papá y hermanito (a).
k) La llegada de un bebé armoniza los lazos familiares, aproximarlo a familiares, vecinos, facilita la adaptación al círculo infantil, la posterior entrada a la escuela, y la vida personal y profesional de mamá y papá se favorece.
l) No se le debe dejar solo en lugares nuevos para él, ni con personas extrañas, evite distanciarse de él por tiempo prolongado. Así le brinda seguridad.
m) Es esencial una buena colocación de aquellos objetos que puedan estimularlo, tanto visual, como táctil, y auditivos; la colocación correcta de la cama en la habitación y la distribución de los objetos en ella.
n) Es un derecho del bebé y un deber de la familia; satisfacer las necesidades psicomotoras en cada estadio de su desarrollo, con carácter individual y grupal, en los patrones correctos de movimientos con numerosas técnicas.
La acción de los padres continua enriqueciéndose, una vez que el niño cumple el primer año de vida, con la incorporación del niño al programa Educa a tú hijo, dirigido y orientado al desarrollo, en el periodo de un año a cinco años de edad, con su entrada a la escuela. Programa que da respuesta a los intereses del periodo, en aquellos pequeños que no están incorporados a círculos infantiles.
([1]) Fernández Martínez, Marietta. Graduada del ISPEJV (1984), Lic. En Educación en Educación Física, Diplomada en Cultura Física Terapéutica de la UCCFD, actualmente opta por el Título Académico de Máster en Cultura Física Comunitaria. Profesional del INDER.
(5) Psicomotor ― (motivación sensomotora) estimulación motriz, cognoscitivo, del lenguaje, y social.
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