Por Redacción de Espejo impaciente
“Si de verdad sienten que no pueden vivir sin pintar, sigan su sueño porque eso es lo único que los va a salvar. De lo contrario vivirán una vida miserable”, profetizó a los jóvenes Rocío Rodríguez, artífice cubana radicada en Estados Unidos en una entrevista publicada por Mundo Hispánico (www.mundohispanico.com)
Para Rocío, el arte es su vida
Rocío, nacida en Caibarién, Cuba, en 1952, emigró en 1961 con su familia, que se estableció en Athens, Georgia. “Esta “es una carrera muy difícil y solitaria porque tienes que pasar mucho tiempo solo. Si lo hacen por ser famosos no lo hagan, busquen otra profesión”, dijo.
Según la artista, su pasión por el dibujo nació en la infancia. Cuenta que tenía 11 años cuando su padre trajo a casa tres libros de los pintores Paul Cézanne, Diego Velázquez y Vincent van Gogh, y su interés por el arte creció más. Y tras dos años y medio de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Georgia, descubrió que su pasión por la pintura la llamaba y cambió de carrera. En 1976 obtuvo su título en Arte.
Vivió en Oxford, Ohio, donde impartió cinco años clases de arte en la Universidad Miami. Su obra se ha exhibido en galerías y museos en Atlanta, Chicago, Cincinnati, Nashville y Washington. En Atlanta varias de sus piuezas se pueden observar en varios bufetes de abogados, en el Hotel Marriot, en el edificio Terminus, en el Museo de Arte Moderno de Georgia y en el Museo de Arte High.
Actualmente reside en el vecindario de Virginia Highlands y comparte su tiempo entre su estudio y las clases que imparte en the University for Creative Careers en Atlanta.
“Llevo muchos años haciendo pintura abstracta, es una pintura del interior que está basada en la emoción. Mi obra tiene influencias de la naturaleza, no tiene una narrativa, es más bien ambigua y general. La considero una composición híbrida”, precisó.
Sobre su rutina para pintar Rocío enfatizó: “Es como cualquier otro trabajo. Entro a mi estudio por la mañana y termino en la tarde. Dibujo mucho. Es un proceso muy interesante la manera de expresar mis emociones a través del dibujo en papel. Después pinto sobre mis dibujos”.
¿Cómo se da cuenta cuando sus pinturas están listas?
“La obra me lo dice –durante el proceso de creación tengo una conversación con mis piezas– y me dicen cuando ya no tengo nada más que hacer”, expresó a Mundo Hispánico.
¿Le gusta dar clases a jóvenes?
Sobre su vocación para impartir clases a los jóvenes aseguró que le “ayuda a comunicar ideas con nuevas generaciones, me permite conocer la manera como se expresan. En ese intercambio de ideas yo también aprendo”.
¿Qué siente cuando entra a un sitio y mira una de sus piezas?
“Es como si viera a un amigo que no he visto por mucho tiempo. Hay un silencio absoluto. Me quedo mirándola y se me viene a la mente lo que yo viví cuando la estaba creando”.
Para Rocío, el arte es su vida, “es una necesidad para vivir. Tengo que pintar todos los días para expresar mis más profundos sentimientos”.
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