RIVANE NEUENSCHWANDER Y EL “ART WALK” DE WYNWOOD

27 09 2011

 El Museo de Arte de Miami (Miami Art Museum) presenta una exposición interdisciplinaria de calibre internacional que recomendamos no dejar de visitar a quienes durante por estos meses visiten la cálida ciudad de Miami, al Sur de la Florida.

Se trata de A Day Like Any Other (Un Día Como Cualquier Otro), con obras de Rivane Neuenschwander, sobre la cual la edición digital de www.lifestylemiami.com, en un interesante artículo de Dominique Breard, manager de Wolfgang Roth & Partners Fine Art y consultora de arte independiente, asegura que la artista ha sido comparada con los más reconocidos del conceptualismo brasileño: Lygia Clark y Helio Oiticica.

Lejos de pecar de arte elitista e inabarcable, Neuenschwander presenta una exposición apta para todo público con obras lúdicas y participativas que nos invitan a la interacción; enfatiza Breard.

En tal sentido, expone que una instalación de baldes metálicos en el suelo hace de cuenta-gotas de agua que lentamente cae desde otros baldes suspendidos en el aire. El personal del museo repone el agua en los baldes cada cuatro horas. La obra es una suerte de reloj orgánico que a la vez musicaliza la sala. La brasileña juega con elementos simples interviniéndolos sutilmente, y hace evidentes los cambios que éstos sufren. Recita poesía visual de lo cotidiano. La temporalidad, los ciclos y la medición del tiempo son elementos que constantemente reaparecen en la exposición.

En “Primeiro Amor” (Primer Amor), desaparecen las diferencias entre creador y observador, lo subjetivo y lo objetivo, el objeto y la memoria, lo permanente y lo temporal. Inspirada en la novela del mismo nombre por Samuel Beckett, la obra cuenta con la participación del público para describir el recuerdo del rostro de un viejo amor perdido a un detective forense, quien recrea un retrato a partir de nuestra memoria. La importante influencia literaria en la obra de Neuenschwander se repite en “As Mil e Uma Noites Possíveis” (Mil y Una Noches Posibles). Basada en la novela “Las Mil y Una Noches”, un ejemplar del libro es transformado en collages que recrean constelaciones de estrellas. Aquí el factor del tiempo reaparece en la manera en la que son presentados los collages: es un detalle sutil, que hace las veces de calendario, contando los días que dura la exposición. Si buscamos con detenimiento, la artista ha colocado un reloj digital que marca 00:00:00, ilustrando el título de la exposición; dice la manager de Wolfgang Roth & Partners Fine Art.

Otra —agrega Dominique— de las obras principales, “Eu desejo o seu desejo” (Yo Deseo Tu Deseo) encuentra su inspiración en un rito oriundo de la iglesia de “Nosso Senhor do Bonfim” en Bahía, Brasil. La tradición consiste en amarrase una cinta en la muñeca (o en las rejas de la iglesia) con tres nudos, pidiendo un deseo por cada nudo. La creencia dice que una vez deshechos los nudos, esos deseos serán cumplidos.  Neuenschwander modifica esta costumbre y la convierte en una colaboración colectiva. En una sala donde las paredes se encuentran repletas de cintas de colores brillantes, debemos seguir instrucciones específicas: escribir un deseo propio, enrollar el papel y colocarlo en el agujero de donde quitamos una cinta. Esta cinta tiene inscrito el deseo de otra persona que anteriormente participó en la obra. A partir de ese momento, nos volvemos responsables nosotros de la realización de su deseo, así como dejamos en manos de otro nuestro propio anhelo. Esta cooperación anónima nos lleva a meditar que puede ser más grande la acción comunitaria que la simple voluntad personal.

En su artículo la también consultora de arte independiente afirma que la exposición itinerante estuvo previamente en el New Museum de Nueva York y luego seguirá rumbo a Dublín. Algo interesante que está ofreciendo el Museo de Arte de Miami es una admisión gratuita a cambio de un deseo que pidamos en su sitio Web,   http://www.miamiartmuseum.org/wish2.asp. Las obras de Neuenschwander estarán en exhibición hasta el 16 de octubre.

Otra actividad de arte y cultura, ampliamente diferente pero muy recomendable, es el “Art Walk” o “paseo del arte” de Wynwood, que se lleva a cabo todos los segundos sábados de cada mes. No es de extrañarse que en el barrio donde residen la mayor cantidad de galerías, estudios de artistas y exposiciones de la ciudad, todos abran sus puertas una vez al mes para recibir a cientos de visitantes de todas las edades.

 

“ART WALK” O “PASEO DEL ARTE” DE WYNWOOD

 

Rivane Neuenschwander, Chove chuva (Llueve lluvia) 2002 - Baldes de aluminio, agua, cable de acero, escalera. Dimensiones variables. Vista de la instalación en el New Museum de Nueva York. Colección Privada / Imagen cortesía del New Museum. Fotografía por Benoit Pailley

Rivane Neuenschwander, Chove chuva (Llueve lluvia) 2002 - Baldes de aluminio, agua, cable de acero, escalera. Dimensiones variables. Vista de la instalación en el New Museum de Nueva York. Colección Privada / Imagen cortesía del New Museum. Fotografía por Benoit Pailley

En su extenso artículo, Dominique ofrece algunos consejos para quienes no hayan realizado aún el paseo, y también para quienes no han dado con lo que buscan. Lo más importante es adelantarse al tumulto, que cada mes se multiplica, para evitar demoras al estacionar el auto o por el excesivo tráfico de gente. El “Art Walk” va de las siete a las diez de la noche, por lo cual es ideal llegar entre las seis y las seis y media.

Comiencen en el corazón de la cuestión: la Segunda Avenida del Noroeste entre las calles 23 y 28, y las calles paralelas. En cada esquina de Wynwood encontrarán murales de todas las especies y colores. Esto, agregado al extenso listado de galerías de arte, distingue a Wynwood como el mayor centro artístico de Miami. Año tras año el número de murales se multiplica de manera muy organizada ya que grupos de artistas como Primary Flights o Deitch Projects (Wynwood Walls) intervienen únicamente con permiso de los dueños de cada pared. Vale la pena visitar Wynwood Park, donde se hospedan murales de Kenny Scharf, Shepard Fairey y Os Gêmeos. Las galerías convocan también a sus propios artistas a intervenir sus paredes exteriores.

 Una vez ahí, no hay que dejar de visitar la “taquilla del barrio”: David Castillo, Praxis, Snitzer, Diet, Dorsch Gallery y Alejandra von Hartz, por nombrar sólo algunos. Cada uno con su propia estética, representan artistas locales emergentes y en desarrollo. Si ven algún warehouse sin señalización, alguno con una puerta abierta de donde sale luz, ¡no duden en entrar! Seguramente se toparán con una impactante exposición. Ascaso Gallery con obras latinoamericanas, y Robert Fontaine Gallery con arte pop y contemporáneo, presentan obras de mayor calibre. Todas se encuentran muy cerca entre ellas. Salvo algunas galerías prominentes que vale la pena visitar individualmente, es recomendable no salirse demasiado de este circuito. Vale la pena visitar también a Bernice Steinbaum, Kelley Roy, Zadok Gallery y Diana Lowenstein. Esto no sin antes pasar por los “food trucks”, una nueva sensación en el paseo de Wynwood. Docenas de camiones adaptados y decorados hasta el último detalle ofrecen degustaciones para todo tipo de paladar. (Lee más sobre los “food trucks” en nuestro artículo especial en la sección de Culinaria).

 En septiembre, la Robert Fontaine Gallery presenta una particular exposición del artista Nick Gentry, quien realiza retratos llamativos. La novedad está en el soporte: objetos tecnológicos ya descontinuados (disquetes de computadora, cintas de VHS, casetes, etc.). Estos objetos obsoletos disparan recuerdos que ciertamente ¡pueden declarar la edad de quien los reconoce!

 


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