
TIZIANO, Una conversación sagrada: la Virgen y el Niño con los santos Lucas y Catalina de Alejandría, un cuadro vendido en casi 17 millones de dólares
Por Redacción de Espejo impaciente
Un coleccionista europeo pagó en Nueva York 16 millones 882 mil 500 dólares por el cuadro Una conversación sagrada: la Virgen y el Niño con los santos Lucas y Catalina de Alejandría, del maestro renacentista Tiziano Vecelli (1488-1570), durante una espectacular subasta de la casa Sotheby’s, donde el gran maestro italiano estableció récord de venta para una obra suya.
Un vocero de Sotheby’s precisó que el valor alcanzado por este óleo “excede el récord anterior (para Tiziano) que era de 13,6 millones y que se mantuvo por 20 años»; y subrayó que se trata de una de las “pocas composiciones con varias figuras realizadas por Tiziano que están en manos privadas y la más importante subastada desde hace varias décadas».
Otras significativas ventas fueron realizadas por Sotheby’s durante esta misma jornada de ayer jueves en la que también fueron vendidos otros lienzos significativos, entre ellos uno del pintor francés Claude-Joseph Vernet (1714-1789) que recrea una escena naval, por la cual un comprador no identificado pagó más de 7 millones de dólares, así como la pieza titulada Adán y Eva, del pintor manierista holandés Joachim Anthonisz Wtewael (1566-1638), rematado en 6,24 millones, casi seis veces su estimado inicial que era de poco menos de dos millones de dólares; además de un cuadro costumbrista del holandés, Gerrit Dou (1613-1675), se vendió en 5,34 millones de dólares, casi el doble de su estimación.
Tiziano Vecellio o Vecelli, conocido tradicionalmente en español como Tiziano o Ticiano (Pieve di Cadore, Belluno, 1477 – Venecia, 27 de agosto de 1576), fue un pintor italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana.
Reconocido por sus contemporáneos como «el sol entre las estrellas», Tiziano es uno de los más versátiles pintores italianos, igualmente capacitado para ejecutar retratos, paisajes (dos de los temas que le lanzaron a la fama), escenas mitológicas o cuadros de temática religiosa. Si hubiese fallecido a los cuarenta años, seguiría considerándosele el artista más influyente de su época. Sin embargo, tuvo una larga y dilatada carrera, y su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que su estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.
En cualquier caso, el conjunto de su obra se caracteriza por el uso del color, vívido y luminoso, con una pincelada suelta y una delicadeza en las modulaciones cromáticas sin precedentes en la Historia del Arte occidental.
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